Cambio climático en Antártica: científicos obtienen registros continuos de las aguas costeras en el Mar de Ross
Por el Centro de Investigación: Dinámica de Ecosistemas
Marinos de Altas Latitudes (IDEAL)
A través de una innovadora técnica de muestreo, que consistió en la instalación de sensores en focas de Weddell, un equipo de investigadores chilenos y estadounidenses logró obtener datos de la variabilidad oceánica en las cuatro estaciones del año. El estudio fue publicado en la prestigiosa revista Progress in Oceanography.
Obtener registros del Océano Austral durante todo el año a través de muestreos convencionales es una tarea difícil para los científicos que trabajan en altas latitudes. Dada las condiciones climáticas, la mayoría de las investigaciones en la Antártica se llevan a cabo en verano. Sin embargo, un equipo de investigadores chilenos y estadounidenses, por primera vez, logró obtener datos de la variabilidad oceánica en las cuatro estaciones del año del Mar de Ross.
¿Cómo lo hicieron? Los científicos aprovecharon la capacidad de inmersión de las focas de Weddell e instalaron en un grupo de ellas pequeños sensores oceanográficos llamados “minis-CTDs”, que se utilizan para medir temperatura, conductividad y presión y que poseen una antena que sirve para comunicarse con el satélite. Gracias a ello, los investigadores consiguieron datos a una alta resolución espacial y temporal no solamente de la época estival, sino que también de otoño, invierno e inicios de primavera. El trabajo con esta especie fue autorizado por la National Marine Fisheries Service de Estados Unidos.
Los sensores permanecen adheridos al pelaje de las focas durante el invierno, soltándolos durante el cambio de este, entre octubre y noviembre, antes de que comiencen a tener crías.
Las focas de Weddell forman colonias en diversas regiones del Mar de Ross, pueden llegar a sumergirse hasta casi 900 metros de profundidad y utilizan las aguas de la plataforma para encontrar su alimento. De esta manera, los científicos lograron monitorear el medio ambiente donde habitan. Son la especie de focas que habitan más al sur del Planeta y su distribución es alrededor de toda la Antártica. Pesan entre 400 y 600 kilos y se alimentan principalmente de peces, cefalópodos y crustáceos.
La investigación, financiada por la National Science Foundation, fue liderada por científicos de Old Dominion University y en ella participaron investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), siendo publicada en la revista científica Progress in Oceanography.
El principal resultado del estudio arrojó los primeros registros de la variabilidad oceánica en las aguas costeras en el Mar de Ross durante un año. Los científicos tomaron como área de estudio el Mar de Ross, dado que es una región que está sufriendo varios cambios y en la que se desconocía cómo era su oceanografía durante el periodo invernal.
“Los procesos físicos se encargan de mover calor y sal en el Océano Austral, controlan los cambios de densidad que a su vez modulan los movimientos de las aguas. Es vital conocer la física si queremos saber cómo se distribuyen y mueven no solamente la temperatura, sino que también los nutrientes que son vitales para la productividad primaria y base de las tramas tróficas”, explica la oceanógrafa del Centro IDEAL, Dra. Andrea Piñones.
Cambio climático
El estudio cobra especial relevancia en un contexto de cambio climático, pues ayuda a comprender procesos dinámicos que suceden en regiones costeras alrededor de la Antártica y áreas específicas donde, por ejemplo, ocurre la formación de masas de agua.
Las masas de agua se originan en regiones más densas y fluyen desde las zonas costeras al mar interior e incluso salen hacia las grandes cuencas, dando origen a las corrientes oceánicas que están principalmente gobernadas por cambios de densidad.
“Es necesario entender cómo son los mecanismos que participan y controlan la formación de masas de agua para entender cómo cambiarían estos ante un escenario de cambio climático. Los datos recopilados en esta investigación nos sirven para validar modelos de circulación, que después podrán ser utilizados para realizar proyecciones de calentamiento global”, concluye la científica.